jueves, 15 de mayo de 2014

Autonomía sin extremos

La autonomía es de aquellos conceptos, valores, actitudes con las cuales no podemos irnos a los extremos; muy semejante a valores como la libertad, autoestima, asertividad..., es decir, que no deben exagerarse para no derivar en comportamientos desproporcionados y faltos de ética. Pero definamos la autonomía como la capacidad de poder determinar, decidir, enfrentar, planear algo por sí mismo, de manera que la persona, en este caso podemos realizar algunas actividades con independencia de otros  porque contamos con capacidades para ello. De modo que voluntad, independencia, libertad, responsabilidad, giran en torno de esta postura o valor ante la vida, bastante útil en las relaciones interpersonales y el propio desarrollo personal.
Cuando se habla de ir a los extremos se refiere a no decaer en antivalores como: autosuficiencia, rebeldía, intemperancia, orgullo, altivez, egoísmo…que hacen sentir que la persona lo podría hacer todo por sí sola, sin requerir de las relaciones comunitarias o fraternales. Aquí la autonomía sería más bien una distorsión, que una actitud para actuar constructivamente, pues podríamos asumir (como en el caso de la libertad) que ser autónomo es asumir las normas y deberes desde un punto de vista relativista y exclusivista; dependería de lo que interpretemos sólo a nuestra conveniencia particular.
Ahora bien, existen normas que podemos imponernos a nosotros mismos, en forma de valores, convicciones y principios que nos ayudarán a realizarnos como personas individuales; pero también existen normas de tipo grupal, social y comunitario, que de ser admitidas o puestas en práctica por convivencia e interacción social adecuada nos aportarán un gran beneficio comunitario. En realidad, no puede desligarse la autonomía de la responsabilidad.
La autonomía, en un sentido muy positivo (optimista), es un valor que nos enseña que podemos hacer cosas buenas por nosotros mismos, sin esperar a que los demás las hagan necesariamente por nosotros. Esto implica poner en práctica los valores en pro de una mejor convivencia y proyecto de vida. La autonomía debe brindarnos la espontaneidad para crecer en sociabilidad y poner en práctica los valores sociales.

CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
  • ¿Qué hemos sacado en claro, tras esta pequeña lectura, sobre lo que es "autonomía"?. ¿En qué se diferenciaría este valor de la "autosuficiencia excluyente"?.
  • ¿Te consideras una persona autónoma?. ¿Cómo vives tu autonomía, en qué la haces consistir?.
  • ¿En qué crees que puedes mejorar para lograr una mayor y mejor autonomía sin caer en extremismos?.
  • ¿A qué te comprometes hoy para progresar en esa autonomía y ayudar a alguna otra persona a crecer en ella también?.

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