viernes, 21 de febrero de 2025

Enamorando al dragón

Y la vio tan sola,
que su pena era tan púrpura
y sus ojos tan cielo
con mares desbordando
por su mejilla.


Se acercó y la miró,
se clavó en esos ojitos
que titilaban como estrellas,
suspiraba en cada parpadeo.


Él se estaba enamorando,
de su olor, de sus besos,
de esa forma
tan particular de entregarse.


Ella, por el contrario,
lo amó toda una vida
desde que él le pidió su amor,
ni idea tenía cuántas veces
ella lo soñó,
en sus letras él ya existía
en tiempos de amor.


Él es todo un Señor,
pero hace días él es un dragón
luchando por ese amor o la razón,
se pierde entre lo que fue y no será.


Ella, simplemente ella,
arrebatando sonrisas,
enamorando a su dragón,
aún no sabe lo que dicta el corazón.


Maria Gabriel Portilla
Eres mi más bonita poesía
Tulancingo, Hidalgo, México

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