con esa sonrisa traviesa,
esa forma de cambiar la vida.
Eres lo más bonito
que mi alma encontró,
y tu piel en mil sitios
nos envolvió
para no tener frío.
Llegaste un día de enero
mostrando tu cuerpo,
no sabía si eras ángel o demonio.
Pero a casi nada de llegar
a las 2,160 lunas,
conjugando 72 meses,
impregnando de atardeceres.
No sé cómo es
que ha pasado el tiempo,
susurrando mágicos momentos,
otros más quería
morir y no sentir,
pero seguimos aquí.
No sé cuánto más
el alma nos abrace,
jamás tendré la certeza,
pero a veces
asta respirar duele, duele.
MGabriel Portilla
Tulancingo Hidalgo México
Libélula literaria
MaGa TiCio
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