Llegó a mí una
tarde de abril
despojado de
los sueños,
a esta mi
realidad invitando
a vivir.
Entre sonrisas
su llegada
iluminó
llenando todo momento
de ilusión,
abrazando el alma
quitando el
dolor.
Escuchó mi
corazón
dejándome en
la tranquila
libertad, el
me arropó
entre
silencios de razón.
Así llegó dando pasos
de grandeza al
andar,
dejando su mar
de calma
para un día
mirar el sol
juntos sin
atar.
Su llegada
trajo un poco
del pasado, pisado,
dejado en un
olvido,
hoy camina
conmigo.
GRACIAS por
recordarme
quien soy, que
estoy hecha de amor
y que el
conocer quien rompiera
mi
tranquilidad sólo me hace
crecer y ser
fuerte cada día más.
MGabriel Portilla México
Mil gracias por compartir y leerle
ResponderEliminarAquello que se da de corazón en el corazón se queda pero no para encerrarse en él sino para entregarse de la misma manera que llegó. ¡Cómo no compartir la belleza de un sentimiento cuando éste es auténtico, cuando hay vida en su trasfondo!.
EliminarA ti las gracias Gaby, por tu generosidad transparente.