Siempre
hay una razón
que nos
haga caminar,
tal vez
sin sueños.
Con el
alma desnuda
y sueños
rotos, pero
nuestro
corazón con alas.
Que nos
lleva a volar
al mar,
al cielo, pero
sin
olvidar caminar.
Por del
suelo de hoy,
pisamos
las huellas
que
mañana encontraremos.
Sin rumbo, la vida
sigue sin
dejarnos
mirar, sólo contemplar.
Y la
felicidad alcanzar
en la
vida real que nos
hace
vibrar.
María Gabriel Portilla
DR. México
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