de admirar esa mirada,
sus labios tan rojos como carmesí.
No puedo dejar
de anhelar tus besos,
tus caricias,
pero sobre todo ese abrazo.
Y no puedo dejar
de imaginar una vida a tu lado,
vida mía, con tu mano en la mía.
Que los sueños sean eternos
y en tus besos toque el cielo.
Me encantas, mi guapo, mi marcianito.
M. Gabriel Portilla
Eres mi más bonita poesía
Tulancingo Hidalgo, México

No hay comentarios:
Publicar un comentario