Dijo: "Quiero perderme en el tiempo
un sábado a las diez de la noche",
pero se adelantó la llamada
a un martes a las ocho pm.
Pero nuestra cita es un miércoles
y quizás un desayuno el jueves
con esa llamada matutina.
Antes de su viaje,
quería despedirse
y poder mirar los recuerdos que bailan,
dijo que el pasado era sólo pesadilla
que no lo deja en paz
que parecía real y verdadero,
pero al final puro circo y protagonismo.
Que como lo nuestro nada igual,
existe eso que se puede tocar sin miedo,
se puede abrazar en esos instantes
y regresar a la lejanía del momento.
Él dice que cree ciegamente en él,
mientras no diga lo contrario,
nada es real ni verdadero
o mentira en lo incierto,
más que el sentimiento
que nace al abrazarnos con esa ternura.
A veces juro que sí es de Marte,
es tan fácil sentirse segura
en ese "te quiero",
y cuando se le escapa
un "te amo" susurrando
entre las rendijas de la soledad.
Jamás podría dudar
de algo tan lindo y especial.
Me encanta cómo me dice "ojitos chiquitos"
y su mirada se pierde en mi café,
que endulza con su color miel.
Nuestra cita... no olvides,
espero aquí abrazada a tu recuerdo,
bailando en las melodías
que nos llevan al instante
de los bellos momentos.
Donde sea, tanto sea contigo.
María Gabriel Portilla
Tulancingo, Hidalgo, México
Eres mi más bonita poesía
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