Entre tinieblas
barricadas llenas de ilusiones,
ciega estaba ante el desamor.
de un cuento de hadas,
tan príncipe, tan perverso, tan él.
No sé si era cielo ó infinito
pero mataba a pasión,
sí, mataba en cada beso.
Quizás que un día de ésos
me arranque el corazón
y aun con vida me diga adiós.
Como es que la silueta
de dos pueda conjugar
cual constelación de estrellas
ángel y demonio tú.
Presagios que dejan ver
que existen en este tiempo,
o quizás años atrás en otras vidas,
el amor se reencuentra sin tiempo.
Si he de morir de amor
que sea en tu infinito cielo,
en ese cielo donde existimos tú y yo.
Mgabriel Portilla MÉXICO
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