domingo, 22 de diciembre de 2019

La poeta


Bolígrafo, lápiz o pluma
tiene en su escritorio,
su  inspiración es nula,
su  corazón mortuorio.

Poeta de cálidas manos,
no sabe cómo escribir
lo que dictan sus labios
para plasmar su sentir.
Se han muerto las musas,
han caído en un abismo,
versos, rimas y  estrofas
le provocan gran mutismo.

Una gota de agua salada
brota desde su interior,
tiene el alma derrotada
de versar pena y desamor.

No abandonéis a la poeta,
¡volved musas del Parnaso!,
del amor, ella es  profeta,
aún no ha llegado su ocaso.


Isabel San José Mellado.

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