viernes, 5 de julio de 2019

A mi mejor amiga


(Pequeño relato)

Te conocí un domingo por la mañana,
cerca de nuestra casa, en el parque,
 a tu niña a caminar estabas enseñando,
con mi hijo y mis padres iba yo paseando.

No supe entonces a quien conocía,
ni a quien Dios en mi camino ponía,
comprendí según fue pasando la vida
que había sido a mi mejor amiga.

Cuantas tardes de parque con los niños,
el cubo, la pala, la pelota y el rastrillo,
y otras de invierno,  frías y lluviosas,
en casa como madres cuidadosas.

Tantos años de estupenda convivencia,
los buenos y malos momentos
jamás nos hicieron perder la paciencia
ni los niños con sus descontentos.

Vinieron tiempos muy tristes, amargos,
tuviste que marcharte a otra ciudad,
cuando mi buen y gran amigo, tu esposo,
perdió la batalla contra esa enfermedad.

Ahora sigues allí sin poder regresar,
pero quiero que sepas mi querida amiga
que nada, ni nadie en la tierra,
de nuestra amistad nos va a separar.

Cuando vuelvas otra vez por Madrid,
de compras, o al cine volveremos a salir,
reviviremos momentos de viejos tiempos,
algunos nos harán llorar y otros sonreír.

Y cuando nuestros hijos nos hagan abuelas
recordaremos  que un día fuimos jovenzuelas,
porque a pesar de los años que han pasado,
las raíces de nuestra amistad, no se han secado.

Isabel San José Mellado
Derechos de autor - España

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