No importa el color
pues al clavel no le importó
que de corazón ella, fragilidad,
jamás le traicionó.
Ella rosa como cual flor
en su jardín floreció,
él quiso cortar
y se espinó.
Mil flores del clavel
dueño será, mas de sus
pétalos el jamás
se podrá olvidar.
Linda rosa jamás de reír
se cansará, porque ella
es felicidad, un rojo color
ella al sonreír tomó.
Pena ella sintió
al ver que, esa flor,
a la que él le regala amor,
tenga ortigas como espías
para saberse segura del amor.
Mgabriel Portilla
Mexico
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