Y me volví infierno
después de tantos inviernos en tormenta,
después de tantas lágrimas por amor.
Me volví fría y distante,
tan yo, tan desilusionada,
pero me guardé siempre
una chispa de razón
y hoy es motivo de mi risa y amor.
Si usted no sabe de demonios o infiernos,
se equivocó de lugar.
Sé que arde en otra realidad
y en mí sólo ve la fantasía
de poderme dominar.
Daré el beneficio de las dudas
y renaceré en la realidad
de ese infierno prometido,
de esa gloria a tocar,
descongelando el corazón.
Hagamos que late por amor.
Pero si usted se acobarda y se marcha,
no existe vuelta atrás.
Simplemente, si me ve feliz
es que me aprendí a amar.
MGabriel Portilla
Tulancingo Hidalgo, México

No hay comentarios:
Publicar un comentario