cada caricia que se queda
en la piel prendida,
cada beso apasionado
y cada sonrisa al viento.
Siempre tú,
porque eres cura a mi alma.
En medio de la distancia,
eres tú, mi marcianito,
quien cura mis días.
Bailaremos cada día
y en tu mirada me perderé.
Añoro ese instante de bailar
y aprender al ritmo de una ilusión;
en ti, mi vida va hoy.
Siempre tú...
bendigo cómo eres
y me sorprende como, a detalle,
me dices cada uno de los instantes
y recuerdas cada palabra.
Esa pasión al platicar
de cómo defiendes al desvalido
y transformas el mundo,
sentir cuán maravilloso es ayudar.
Siempre serás tú
y amo de ti todo, sin más.
MGabriel Portilla
Tulancingo Hidalgo México
Eres mi más bonita poesía
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