Se quedó entre las letras
de amor, los sueños
que arrancaron el corazón.
Un sueño que se transformó
en poesía escrita sin razón,
esperando ser leída hoy.
Entre versos ella le olvidó
dando golpes al alma que
herida dejó.
Un sueño atrapó en un poema
que sus labios resbaló,
gritando amor mío tú.
Sintiéndose fragilidad
rosa mía donde está,
juramento dejar una cada día.
Ni rosa ni espina
apiádate, plasma
en su alma tu alma.
Mgabriel Portilla México
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