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domingo, 17 de noviembre de 2019

Un mar

Llegó así, sin más
que un rayo de sol,
sin más que una ola del mar.

Pero sólo dejó esa sensación
de llegada pues fue
más cruel su partida.

Quizás nunca lo sentí
venir, mas sí lo vi partir
despojando el alma.

Lloré, sí, hasta que sólo quedó una lágrima,
hasta que mis ojos
dijeron basta.

De vez en cuando
una lágrima aún resbala
por la mejilla al mirar el mar.

Pero sé que él intentará
un día regresar
y nadie espera por él
porque él es olvido.

Mgabriel Portilla MÉXICO

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