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viernes, 26 de abril de 2019

Un sueño deseado


Paseando sola por la vereda,
ensimismada iba pensando,
cuando de repente percibí,
que alguien se iba acercando.

Al girarme y ver quien era,
sentí un pequeño desmayo,
no era una triste quimera
mi sueño se había consumado.

Los dos mudos sin habla,
nos fundimos en un abrazo
y, en un apasionado frenesí,
discretamente soltó mi lazo.

Asomaron mis senos sin pudor,
sus labios besaron los míos,
con tanta pasión y tanto amor,
que me hizo perder el sentido.

¡Cuánto placer, qué deseo!,
fue todo un desenfreno.
Poco a poco, sosegados
a la realidad regresamos.

Sola por esa verde vereda,
otra vez seguí paseando,
él había desaparecido,
sigiloso como había llegado.

Sólo fue un sueño deseado,
tan deseado que pareció real.
He vuelto, juro que he vuelto
una y mil veces a pasear,

pensando, o deseando soñar
pero a mi lado, nunca más,
volví a sentir su presencia,
para amarlo hasta mi final.

Isabel San José Mellado

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