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sábado, 27 de abril de 2019

¡Niña mía!

Entre el silencio de la noche
un ángel duerme sin derroche
despertada por la maldad;
niña mía, no llores más.

Ella es inocencia
y de su juego él hace presa;
jamás su mío será igual;
niña mía, no llores más.

Detrás del cristal
un ángel mira,
un ángel llora;
niña mía, no llores más.

Calla ante el dolor
ultraje de su alma,
deseo de ser mariposa
para volar sin regresar.

Niña mía, no llores más;
eres un ángel que siempre
feliz serás, vuela entre risas
y ese ser de maldad al infierno irá.

MGabriel Portilla México

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