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lunes, 5 de noviembre de 2012

¿Cómo estás?

Me preguntaste:
- “¿Cómo estás?”.
Y te contesté:
- “Bien, ¿y tú?”.
A partir de ahí… empezamos a hablar sólo de “cosas”, pero no de nosotros, y todo fue… como siempre.
Te dije BIEN y te pasé la pelota “para que tú la ignoraras como yo”.
Pero si hoy me preguntaras: ¿Cómo estás?”….
Yo no te respondería como ayer.
Ayer perdí la oportunidad de contarte que:
-Me siento solo.
-  Me rodea la belleza y yo no siento nada hacia ella.
-  Nace el sol también para mí… pero llevo un paraguas negro sobre mis hombros.
-  Siento su ausencia y me desgarra,…”.
Que “¿por qué no te dije eso antes?”:
Hay un foso entre lo que quiero y lo que temo.
Hay un “qué más da, qué pueden hacer los demás” que me cierra todas las puertas.
Siempre he sido el fuerte.
El árbol fuerte que a todos orienta en el bosque de la vida.
Y ahora que me toca a mí… no sé ni cómo decir lo que siento.
No, no me digas no llores”… porque así es la lluvia gris que inunda mi corazón.
No me pidas que no sufra”… porque no siento ahora mismo otra cosa; si me quieres… acéptame como soy, como siento.
No llenes mis silencios de palabras,… porque necesito el silencio; me basta sólo con saber que estás aquí.
Quieres que me sienta bien”… eso es lo que también yo quisiera.
Quieres que salga de ésta”… eso mismo deseo yo.
Pero… necesito mi tiempo, como la flor para llegar al fruto.
¿Me acompañas?.
Santi Catalán

CUESTIONES PARA LA REEFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
  • ¿Qué experiencia está pasando la persona que es preguntada?, ¿es realmente sincera cuando contesta con esa respuesta rápida?. ¿Por qué se lamenta después de no haber sido más abierta y sincera?.
  • ¿Qué sueles contestar cuando alguien con quien te encuentras te hace esa misma pregunta del "cómo estás"?. ¿Por qué solemos contestar con la respuesta rápida en vez de entrar en lo que esa pregunta significa?. ¿Para qué nos sirven esas fórmulas ya hechas si no nos llevan a comunicarnos ampliamente y en profundidad?.
  • ¿Te aceptas a tí misma en todo tu mundo interior, en tus sentimientos?, ¿los aceptas?, ¿eres capaz de poner nombre a eso que sientes, sea lo que sea, y expresarlos de algún modo?.
  • ¿A qué puedes comprometerte hoy para aceptarte a ti misma tal como sientes y también para acoger los sentimientos de otras personas que los quieran compartir contigo?.

4 comentarios:

  1. Vamos tan deprisa,... es tanto lo que tenemos que hacer o creemos que tenemos que hacer... que nos olvidamos hasta de lo que significan las palabras.
    Valoramos tanto lo productivo, lo material,... que olvidamos que lo esencial está todavía por explorar.

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  2. Pienso como Cristina. A menudo ignoramos o juzgamos constantemente a la gente según lo que aparenta y nos contentamos con primeras y últimas impresiones. Si nos conociéramos más a fondo, si fuéramos capaces de compartir nuestros mundos interiores con más naturalidad,... quizás fuera más sencilla la comunicación y habría mejor amistad.

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  3. ¿Le interesa a quienes dirigen los hilos de las naciones que tengamos tiempo para entrar dentro de nosotros?, ¿le interesa al modelo de desarrollo económico actual que la gente se pare a pensar y meditar en sus valores más profundos?. Si a cierta casta no le interesa ni una cosa ni la otra ya se las ingenian claramente para que no haya caminos hacia esa dimensión, empezando por no dar ocasión siquiera para poder hablar con amplitud de nuestro mundo interior, el de nuestros sentimientos. No vivimos la vida como un corre-corre constante por casualidad: todo está bien orquestado.
    Saludos.

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  4. Veo que puede tener muchas lecturas no sólo este post sino todos los que he ido leyendo en este blog del que ya no me pierdo ni una línea.
    En mi aportación del 5 de noviembre me quería referir más que a lo que hagan los demás o bien las estructuras a nosotros mismos. Este post me habla del mundo de nuestros sentimientos pero también de nuestras actitudes ante ellos -independientemente de lo que hagan los demás-. Acoger y aceptar nuestro propios sentimientos es el camino para aprender a leer en el otro los suyos, acogerlos también y descubrir el gran tesoro que es toda persona.
    Gracias a los autores de este blog por compartir estos textos tan hermosos y cercanos a la experiencia humana.

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