y tuvieron que pasar mil lunas,
milenios después de un no.
¡Que bonito!
que llegaras entre un día gris
y con tu sonrisa
iluminaste toda mi vida.
Te confieso
que tenía miedo,
pero tus ojos
me dijeron todo,
tus manos
son la caricia perfecta.
Y sí, esa canción
nos hace sentir
que somos magia.
MGabriel Portilla
Tulancingo Hidalgo, México
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