Luciérnagas revolotean el alma
y navegan el claro del mar,
naufrago entre los suspiros
y el alma quebrada está.
Mariposas que danzan
al compás del latido,
una y mil veces serán quimeras
pero es terquedad la suya.
Quebrada en mil pedazos
y una sonrisa
que dice lo fuerte que es,
rompiendo con los silencios
a veces sólo bastaba.
Pero hoy sí sí que a veces
nos rompemos en mil pedazos
para tocar el cielo
y el alma se quiebra
y duele sí…
pero duele más
guardar silencio.
MGabriel Portilla
MÉXICO
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