la que me enseña cada día,
la que raras veces deja de soñar.
Ella, mi princesa, mi niña perfecta,
la que un día aprenderá a volar,
ella mi fiel compañera.
Ella es mi duende
la que con una mirada
cambia todo mi mundo,
que me anima y me dice
que tome las riendas de mi mundo.
Ella me dice mamá
y es la palabra más bonita
que podría escuchar,
en los días donde sólo ella
pinta de arcoíris mis días.
MGabriel Portilla
MÉXICO
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