Existen personitas
que sólo nos enseñan
a ser fuertes, guerreros.
No tienen capas, ni espadas,
menos armaduras,
pero a pesar de todo
sonríen y nos hacen sonreír.
Los llamo mágicos.
Vienen con un torbellino de sentimientos
y te abrazan tan fuerte
que unen todas esas piezas rotas.
Quizás parezca raro,
pero son amor, sueños, ilusión
y saben amar con el corazón.
Gracias por aparecer
en mis días los qm.
MGabriel Portilla
Tulancingo, Hidalgo. México
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