Lloraba,
me ponía mal,
me afectaba tanto
que dejé de hacer cosas
que me gustaban,
dejé de hablarle
a personas que quería,
dejé de ser yo.
Pero aun así hablaban,
entonces entendí:
el problema no era yo
ni lo que hago,
el problema está
en los demás;
cada quien
ve lo que quiere ver,
piensa y da lo que es....
Hoy sólo sigo,
camino y vivo.
MGabriel Portilla
MÉXICO
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