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jueves, 1 de diciembre de 2022

Te quedaste en mí

Me impregné
de tu sonrisa pasajera,
nativa del tiempo,
instrumento de quimera
nacido del sol.


Te quedaste en mí,
mil vidas don tiempo
sembrando en mis tierras,
cosechando cautivos versos.

Entonces entendí
que aquello que dicen
“la tierra es de quien la siembra”
y tú, cariño,
sembraste ilusiones
en este mar
de nostalgias y decepciones.

Perdido entre mis sueños
caminas descalzo por el futuro,
nuestro deseo eterno
de flagelos recuerdos.

Te quedaste en mí por mil vidas
y no quiero verte partir,
la despedida es vida perdida
y mi alma moriría sin ti.

M Gabriel Portilla
Maria Gabriel Portilla
MÉXICO

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