¡Qué bonitos sus ojos!
que miran con la certeza de ser amada
y esa sonrisa que invita a ser feliz
y se escapa la tristeza por esos olluelos.
porque tendrías el pelo
de un padre que ama
y la mirada llenita de sueños.
Jugar con las burbujas cual alas,
mi querida Helen,
estás guardada ahí
donde mi alma sólo sueña por ti.
Donde en algún lugar
buscaré tus ojos
que invitan a volar;
querida Helen te abrazaré
en otros brazos.
Mi pequeña ilusión hecha
con el pensamiento de dos
que soñaron tu llegada
y estás hecha con amor.
Dedicado a Helen, la niña que espera en los sueños de la luna y el sol.
Mgabriel Portilla MÉXICO
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