Me abracé a ti, a tus silencios,
me abracé a ti, a tu piel,
y un mágico amanecer
nos sorprendió a los dos.
y me miré en tus ojos;
el tiempo se detuvo
y recordé por qué
estoy a tu lado.
Después del tiempo,
después de lunas,
después de las caídas
entendí que en ningún lugar
puedo estar mejor
que en tu abrazo.
Que tus días dedicas a mí
y que tu tiempo es sólo mío,
que no necesito nada más
para sonreír.
Sólo un cielo azul
en medio de toda esa ironía,
que eres un gran hombre
y quizás yo sólo simple mujer.
Un mágico amanecer
en tu abrigo, en tu ser,
en tu beso que reclama
mi alma y mi amor.
Mgabriel Portilla MÉXICO
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