Nadie me arrebatará
los sueños
aunque sean sueños
prohibidos,
ni jamás nadie podrá
ser el dueño
de los deseos en mi
alma escondidos.
Podrá empañarse de
vapor el espejo,
podrán las nubes
ocultar la luna,
pero nadie
encontrará un bosquejo
de esos sueños
mecidos en mi cuna.
Podrá borrar tu
recuerdo el tiempo,
podrá acallar mi
llanto el viento,
pero nadie prohibirá
a mi cuerpo
soñar hasta quedarse
sin aliento.
Quizá se consuma la tinta del tintero
por escribir versos
de amor pleno,
o quedará en blanco
el folio entero
por no plasmar mi
pluma ese sueño
No importará que
sean prohibidos,
ni siquiera la
soledad será testigo
de esos sueños para
ti escogidos,
pese a que no los
consuma contigo.
Isabel San José Mellado - España
Libro: Isabel, entre el dolor y el deseo.
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