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lunes, 16 de diciembre de 2019

Jirones



No quiero una noche estrellada que me invite a recordar,
no quiero un mar en calma que me provoque somnolencia,
no quiero una luna llena que me invite impúdica a soñar,
ni una obra de arte que me regrese a la adolescencia.

No necesito la brisa del mar refrescándome con sutileza
ni un jardín de bellas rosas embriagando mis sentidos,
tampoco una composición musical que alivie mi tristeza.
¡Revivir!, solo quiero revivir en mi corazón sus alegres latidos.


No seas solo un oscuro nubarrón cubriendo de gris el cielo
ni una impasible playa recibiendo paciente del mar sus olas;
sé un desgarrador rayo haciendo pedazos el duro hielo
o un fuerte oleaje desgarrándose feroz entre bahías y rocas.

Acaricia mi cuerpo desatando en él una salvaje tormenta,
no dejes rincón ni poro ni pedacito de piel en desolación,
refréscalo con esos labios de caramelo con sabor a menta
y humedécelo por dentro y por fuera sin pudor ni dilación.

Y si no te atreves a mostrar ese deseo que yace escondido,
quemando poco a poco tu sangre y lacerando tu pecho,
permite que sea yo quien descargue ese cielo entumecido
y como un tornado, hagamos jirones las sedas de tu lecho.


Isabel San José Mellado

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