Sol matinal que entras con libertad
al despuntar el día de su noche calma,
acariciando con tus rayos mi soledad,
calentando con amor mi triste alma.
Estimula hoy mi apagada inspiración
entibiando mis entumecidos dedos,
para que acaricien con suma pasión
cada tecla, como el poeta los versos.
Tengo necesidad de contar mi sentir
sentado ante mi solitario y fiel piano,
y con una profunda melodía revivir
aquellas cálidas tardes de verano,
nuestros silenciosos paseos en barca
admirando su pura y salvaje
belleza,
los cabellos cubriéndole la espalda
y sus senos moviéndose con sutileza.
Las notas serán gemidos en do menor
en una composición jamás imaginada,
gritarán al aire la historia de un amor
que dejó su vida para siempre marcada.
Isabel
San José Mellado - España
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