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viernes, 11 de octubre de 2019

¡Ayes!


¡Ay! de quien ama
con todo el corazón,
llorará en su cama
al morir la pasión.

¡Ay! de esa ventura
que llega sin llamar,
provocando tu locura
y tus ansias de amar.

¡Ay! del alma saciada
que deja el agua correr,
cuando esté agostada
será tarde para beber.

¡Ay! del dulce beso
bajo una luna plena
y de ese embeleso
que a sufrir te condena.

¡Ay! del que no ama
y  nunca ha llorado,
perecerá en esa calma
y acabará  asqueado.

Y, ¡ay! de aquél que llora
por un amor acabado,
no gozará otra aurora,
sus ojos habrá secado.

Isabel San José Mellado
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