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viernes, 15 de marzo de 2019

Sin compasión

Le entregó toda su fortuna,
no tenía bienes ni dinero,
sólo amor, cariño, ternura
y de sus labios un ¡te quiero!

Él correspondió con dulzura
a sus bienes más preciados,
amándola con pasión y locura
fueron pasando los años.

Días de alegría y ensueño,
tanta felicidad casi dolía,
noches de amor en desenfreno,
jamás aquello acabar debería.

Cuenta ninguno se estaba dando
con tanto deseo y pasión.
¡El amor se estaba quemando
en una hoguera sin compasión!.

No hubo forma de activar
aquel bello y sublime amor,
dejando a su paso el huracán
dos corazones rotos de dolor.

Isabel San José Mellado
Libro: Un canto al amor y al desamor

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