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martes, 12 de junio de 2018

¡Aunque sólo me quede soñar!

Miré tus ojos, de nuevo,
en ese día tan esperado,
y di gracias mirando al Cielo,
¡mis rezos había escuchado!.

Dijimos: ¡Hola!, nos miramos,
temblar me hizo tu sonreír,
desmayé cuando nos besamos
y no supe nada más que decir.

El mundo desapareció,
yo estaba ensimismada,
mi corazón enmudeció
otra vez, al ver tu mirada.

Calle arriba anduvimos
sin mediar una palabra.
bien sabíamos los dos
lo que a solas nos esperaba.

Cuando nos íbamos a besar
en un éxtasis sin pudor,
sonó impasible y sin avisar,
la alarma del despertador.

El despertar, me hizo abandonar
ese momento lleno de pasión;
volveré a implorar con ilusión,
¡aunque solo me quede soñar!


Isabel San José Mellado

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