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lunes, 19 de marzo de 2018

Escribí

Escribí con la sangre
de esa rosa con espinas
que me regalaste.

Y en un suspiro
llegó hasta mi corazón
el veneno de tu alma negra.

Y entonces entendí
que morir es vivir,
pero ya no hay dolor.

Y con ello muere el corazón,
deja de latir, y aun así respiro
en ti, por ti.

Escribí en el dolor
con lágrimas de desamor,
y la herida se cierra mas no se olvida.

Escribí en la noche negra
cuando el deseo se esconde,
y las miradas se esparcen… ella nada.

Pero sigo aquí muriendo
de a poco con cada espina,
sin ti aquí.

Mgabrielportilla DRMexico

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