Había
una vez una gotita de agua que soñaba con llegar a convertirse en nieve y cubrir
de blanco las praderas del campo. Pasaron años hasta que una gran sequía bajó
tanto el nivel de agua del lago en que vivía que nuestra gotita se evaporó,
subiendo arriba, arriba, hasta el cielo. Allí formaba parte de una pequeña
nube, y en cuento hizo un poco de frío, buscó la primera campiña para dejarse
caer y cubrirla de nieve.
Pero
sólo era un copito de nieve, y en cuanto tocó el suelo, apenas pasaron unos
segundos antes de derretirse de nuevo, y allí le tocó esperar otra vez hasta
que los rayos de sol volvieron a llevarla de viaje hasta una nube blanca y
regordeta. Allí, sin desanimarse por su primer fracaso, la gota volvió dejarse
nevar en cuanto pudo, pero nuevamente, al cabo de unos pocos segundos se había
derretido completamente.
Varias
veces volvió a evaporarse, otras tantas se transformó en copito de nieve, y las
mismas veces fracasó en su intento de cubrir los campos y laderas de las
montañas. Finalmente, fue a parar a una gran nube, donde millones de gotitas de
agua se agolpaban. A pesar de ser gigantesca, en aquella nube se estaba
bastante incómodo, pues unas cuantas gotas parecían dar órdenes a todo el
mundo, y las obligaban entre un gran jaleo a apretujarse mucho:
- "¡Las
gotas más grandes abajo!, ¡las ligeras arriba!. ¡Venga, venga, venga!, no hay
tiempo que perder....".
Entonces
pensó en dejarse caer de nuevo, pero una gotita simpática y divertida, la frenó
diciendo:
- "¡¿Dónde vas?!. ¿Es que no quieres partipar?".
Y al
ver el gesto de sorpresa de nuestra gotita, le explicó que se estaban
preparando para una gran nevada.
- "A
todas las gotitas que estamos aquí nos encanta ser copitos de nieve durante
muchos días, por eso nos hemos juntado en esta nube. Hace años, intenté varias
veces nevar por mi cuenta, hasta que descubrí que no podría hacerlo sola. Y
encontré esta nube genial, donde todas ayudamos un poquito, y gracias a todos
esos poquitos hemos conseguido hacer ¡las mejores nevadas del mundo!".
Poco
después ambas gotitas volaban por el cielo en forma de copos de nieve, rodeadas
de millones y millones de copos que cubrieron las verdes praderas de blanco. Y
con inmensa alegría comprobó nuestra gotita, que cuando todos colaboran puede
conseguirse hasta lo que parece más imposible.
Autor:
Pedro Pablo Sacristán
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- ¿Qué ocurre cuando caen algunas gotitas en un terreno seco, pocas, y enseguida dejan de caer para continuar con el tiempo seco?, ¿de qué han servido esas pocas gotas?.
- ¿Qué crees que este cuento de Pedro Pablo Sacristán nos está enseñando?. ¿Qué necesitó la gotita para poder ser por fin eficaz y cumplir su sueño?.
- ¿Qué situaciones hay en nuestro grupo en las que vemos necesaria la colaboración de todos/as?. ¿Cómo organizarnos para beneficio de todo el grupo?.
- ¿A qué te vas a comprometer tú de manera que tu participación contribuya a mejorar el grupo, el lugar en el que estamos y el ambiente general?.
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