Itzel Ortega entró en Estados Unidos cuando tenía
seis meses, en los brazos de su madre mexicana. Su padre como muchos otros
trabajó de camarero horas y horas durante años para sacar adelante a su mujer,
a Itzel y a los niños que vinieron al mundo en los años siguientes bajo la
bandera de las barras y las estrellas.
Buena estudiante, creativa y laboriosa, Itzel
cursó sus estudios en “Potrero”, colegio del pueblo californiano de El Monte.
Recién acabada esta etapa había sido admitida en la Universidad Estatal
Politécnica de Pomona (California), más conocida como Cal Poly Pomona, donde
deseaba estudiar Arquitectura.
El asunto se torció ya que por el origen ilegal
de sus inmigración carecía de la documentación precisa para acceder a las
ayudas de matriculación, caso en el que no están sus hermanos nacidos en suelo
norteamericano.
Itzel estuvo hablando de su futuro con la que fue
su profesora Leticia Arreola, cuyo padre entró también con diecisiete años
desde México y de quien la maestra guarda un imborrable recuerdo de agotadoras
jornadas de trabajo para que ella pudiera salir adelante. El mucho trabajo y su
iniciativa lograron que el padre de Leticia, Fidel, pudiera finalmente adquirir
la nacionalidad y prosperar. Leticia, americana de nacionalidad por haber
nacido en ese país, está soltera, tiene un modesto salario de maestra y pocos
gastos, ya que vive en la misma casa que sus padres.
Cuando mantuvo la conversación con Itzel, vio en
aquella muchacha la vida que se puede dar a otros desde el propio corazón.
Todos los recuerdos de su propia infancia educada en modelo cristiano de vida y
el agradecimiento al sacrificio de su familia se mezclaron con la generosidad y
ha decidido costear la carrera de Itzel -7.000 dólares al año- para que esta
joven pueda estudiar la carrera para la que tiene una evidente vocación.
Walt Disney Studios le ha premiado por un
proyecto presentado en diciembre. Su modelo combina paneles deslizantes para
crear habitaciones con eco en las paredes donde los visitantes podían hablar o
gritar, compartir sus pensamientos. El edificio del proyecto era una embajada
cerca de Naciones Unidas y el tema la libertad de expresión. Buen tema.
Es para felicitarla. Pero quizás es más plausible
unirnos a gente como Leticia, que sabe sacar a los sufrimientos pasados, por
ella y su familia, un grado de altruismo de alto efecto y hermosura de
volúmenes armónicos. De eso tratan la arquitectura y las artes ¿no?.
(Fuente: http://www.hechosdehoy.com/la-historia-de-itzel-ortega-o-el-altruismo-que-nacio-de-26536.htm)
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- ¿Qué piensas de las actitudes de Itzel Ortega ante tantas dificultades como tenía que andar superando?. ¿Y de la persona que le ayudó a continuar los estudios: Leticia Arreola?.
- ¿Qué razones pudo tener Leticia Arreola para hacer lo que hizo con Itzel?. ¿Qué nos enseña su ejemplo?.
- ¿Qué muestras de altruismo reconoces que has recibido a lo largo de tu vida?, ¿cuál de ellas destacarías especialmente y por qué?.
- ¿Qué vas a hacer hoy en concreto para practicar el altruismo con alguien que lo necesite?.
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