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lunes, 12 de enero de 2015

El vaso, la botella y la mesa

Había una vez, cuando las cosas hablaban como las personas, una botella y un vaso que competían entre sí para ver quién de los dos demostraban mayor "disponibilidad".
La botella argumentaba:
- "Yo tengo mayor disponibilidad que tú, amigo vaso, porque cuando doy puedo dar mucho más que tú y además lo puedo hacer durante más largo tiempo; tú puedes dar poco: tienes poca capacidad".
El vaso, mirándose a sí mismo y ante la evidencia de que la botella llevaba algo de razón, sin embargo contestó:
- "Es verdad que puedo albergar poco y por lo tanto puedo dar menos que tú pero cuando doy lo que tengo lo doy a manos llenas y por lo general dejo satisfecho a quien toma de mí; tu boca es pequeña y eres rácana hasta para admitir lo que otros quieran darte a ti: lo han de hacer con embudo, ¡ja, ja, ja!".
- "¿De veras?, te recuerdo que a veces han de repetir y tengo que ser yo quien rellene tu espacio. Además, no pocas veces la gente derrama lo que tú les das, no tienes sentido de la medida cuando das. Eso sí es serio".
El vaso, viendo que la botella se tomaba esto muy a pecho contestó:
- "Te muestras envidiosa porque prefieren beber de mí antes que de ti y porque aunque tengan que repetir, como dices, siguen prefiriéndome a mí. Mi medida es pequeña... pero siempre estoy a mano, no como tú que te la pasas siempre en escaparate, siempre a buen recaudo; yo estoy en cualquier sitio aún a riesgo de sufrir caídas, resbalones y roturas".
...
La mesa que sostenía en aquel momento a una y el otro empezó a sonreirse de aquella batalla dialéctica y viendo que ambos llevaban razón a fin de cuentas interrumpió diciendo:
- "No voy ahora a hablar de mi disponibilidad que se limita únicamente a estar aquí y donde me quieran poner para sostener lo que haga falta.
Sólo quiero decirles a ustedes dos un par de cosas a ver si entienden: Da igual que den mucho o poco, o si tienen para dar mucho o poco, lo importante es lo que ambos ya están haciendo: estar disponibles. Si ustedes no fueran rellenados ¿de qué dispondrían?, ¿cómo saciarían a quien necesite beber?; eso de entrada.
En segundo lugar, ¿es su disponibilidad para vanagloriarse de ella misma o para hacer un bien a quien a ustedes se acerque?".
El vaso y la botella se miraron mutuamente y contestaron medio avergonzados:
- "Debiera ser sencillamente para hacer bien, está claro".
- "Pues entonces dejen de competir, piensen en quien recibe o necesite del bien que ustedes aportan que la medida o cantidad de ese bien que otros recibirán de ustedes la determina aquél para quien ustedes se muestran disponibles".
Santi Catalán
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:

  • ¿Qué problemas detectas en la dialéctica entre el vaso y la botella?. ¿Por qué crees que no eran capaces de ver lo bueno que hacía el otro?.
  • ¿En qué se fija el personaje de la mesa y que resulta ser, en este caso, motivo de cambio de actitud por parte del vaso y la botella?. ¿Qué enseñanzas hallas en este cuento?.
  • ¿Qué cualidades crees que están en relación con una verdadera o adecuada disponibilidad?. ¿Qué es prioritario y secundario en ella?.
  • ¿Qué vas a hacer hoy para demostrar tu disponibilidad auténtica para con quien hoy necesite de tu ayuda?.

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