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lunes, 2 de junio de 2014

Total ya... ¿para qué?

- "Eres un burro, no te enteras de nada".
- "Siempre serás un zoquete, no eres capaz de aprender nada".
- "Nunca haces nada bueno, todo lo haces al revés de como tendría que ser".
- ...
Y así día tras día Aldayo escuchaba esto y otras frases similares de sus padres, sus hermanos y de sus maestros; unas veces con más seriedad y rotundidad y otras de manera más suave y compasiva.
Aldayo, efectivamente, no resaltaba en nada que pudiera equivaler a buenas notas ni con el sistema antiguo ni con el nuevo; "ahora, decía su tutora, con las rúbricas en mano era imposible poderle aprobar nada porque objetivamente sus resultados y las observaciones realizadas sólo indicaban eso".
Aldayo acabó creyendo y asumiendo que no sólo era todo eso sino que ése iba a ser su futuro, el resto de su vida, así que... cada vez que alguien le planteaba cualquier tarea a realizar que a él le apeteciera bien poco... él solía contestar:
- "Total ya... ¿para qué?".
Se acentuaron sus errores, se multiplicó la gravedad de su autoabandono,... hasta que un día en medio de una grave travesura (andaba subido a una barandilla de un puente desafiando la suerte de caer al vacío o al carril de la carretera por donde circulaban coches y guaguas) fue sorprendido por uno de sus profesores que al verlo se acercó a él y con gran rapidez lo agarró y lo sentó en el suelo sobre la acera.
Aldayo protestó airadamente y empezó a escupir toda la basura que muchos habían echado sobre él pero este profesor le dijo:
- "Me importa nada todo lo que te hayan dicho, me importa nada lo que digan tus notas, me importan nada todas las opiniones,... ¿y tú les quieres dar tu vida?". Se hizo el silencio y tras unos segundos el profesor sencillamente se alejó siguiendo su camino.
Aldayo se quedó pensando, mirando al profesor cómo se iba desdibujando entre el trasiego de la gente.
Al día siguiente tenía clase con él y dentro del aula... Aldayo parecía otro; en realidad... no sabía ya cómo reaccionar.
El profesor mandó una tarea. Aldayo levantó la mano (hacía mucho tiempo que no lo hacía: prefería hablar directamente y en voz alta interrumpiendo a quien fuera) y el profesor acudió a su lado para atenderle. Expresó sus dudas, muchas, y el profesor le enseñó la manera de resolverlas.
Acabó el tiempo; casi todos habían terminado el ejercicio propuesto menos Aldayo y alguno más, pero el profesor anotó en su bloc de notas del día: "Hoy Aldayo manejó el diccionario, buscó infinidad de palabras, contestó la mitad del ejercicio propuesto y aunque no dio con la respuesta perfecta... sé que lo intentó: utilizó todo el tiempo disponible en poner en juego todas sus destrezas y saberes".
Así fue sucediendo durante semanas y así empezó a hacer con el resto del profesorado, también en las responsabilidades de su casa con su familia.
Al acabar el curso el profesor preguntó a todo el grupo:
- "¿Qué ha sido para ustedes el aprendizaje más importante de este curso?".
Cada cual fue diciendo lo suyo. Aldayo levantó la mano para opinar también y dijo:
- "Lo que más valoro de todo lo que aprendí con usted en este curso es lo que sentí y aprendí cuando usted me bajó de la barandilla del puente". Todos se quedaron un poco desconcertados porque aquella respuesta no cuadraba con ninguna de las anteriores, no hablaba de lo académico para nada. Así que el profesor le dijo:
- "¿Qué tiene que ver eso que has dicho con el trabajo de clase?".
- "Usted me demostró que mi vida tiene valor, que le importo a alguien;... y si le importo a alguien... ¿cómo no voy a importarme a mí mismo? y decidí confiar en mí mismo, creer, pensar que puedo barrer todo lo que haya hecho con mi vida hasta ese momento".
...
Aldayo no aprobó todo. Las notas "objetivas" no hablaban de sobresalientes ni notables,... incluso apuntaron un par de insuficientes pero Aldayo estaba construyendo la base de su propia vida: la confianza en sus posibilidades y en su voluntad de hacerlas crecer y desarrollarlas... aunque eso no aparezca en las rúbricas ni en las competencias básicas y toda esa martingala de la burocracia académica.
(Basado en un hecho real; se han cambiado nombre y hecho crucial en algunos detalles, el resto es casi textual).
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
  • ¿Era realmente Aldayo todo eso que decían de él, tanto las notas o calificaciones académicas como las opiniones de quienes tenía a su lado?. ¿Qué nos sucede cuando sólo somos valorados por lo aparente o lo constatable "objetivamente"?.
  • ¿A partir de qué instante o vivencia Aldayo empieza a darle la vuelta a la situación: lo hizo el sistema educativo... o lo hizo la "relación" profesor-alumno?; ¿qué nos enseña esto?.
  • ¿En qué o quién ha de basarse la confianza en uno mismo?, ¿qué frutos caben esperar cuando creemos o confiamos en nosotros mismos digan lo que digan los papeles o bien algunas personas?.
  • Si tu situación se parece un poco a la de Aldayo ¿qué vas a hacer hoy para darle la vuelta a tu trayectoria y construirte a ti mismo paso a paso?.

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