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domingo, 4 de agosto de 2013

Leñador tenaz

Había una vez un leñador que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aún; así que un leñador se decidió a hacer buen papel.
El primer día se presentó al capataz, quien le dio un hacha y le designó una zona. El hombre entusiasmado salió al bosque a talar. En un solo día cortó dieciocho árboles.
Te felicito – dijo el capataz — sigue así.
Animado por las palabras del capataz, el leñador se decidió a mejorar su propio récord; así que esa noche se acostó bien temprano. Por la mañana se levantó antes que nadie y se fue al bosque. A pesar de todo el empeño, no consiguió cortar más que quince árboles.
Me debo haber cansado – pensó y decidió acostarse con la puesta del sol.
Al amanecer, se levantó decidido a batir su marca de dieciocho árboles. Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad. Al día siguiente fueron siete, luego cinco y el último día estuvo toda la tarde tratando de cortar su segundo árbol.
Inquieto por lo que pensaría el capataz, el leñador se acercó a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se esforzaba al límite de desfallecer. El capataz le preguntó:
¿Cuánto hace que no afilas tu hacha?.
¿Afilar?. No he tenido tiempo de afilarla, he estado muy ocupado cortando árboles.

CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
  • ¿Le faltaba esfuerzo a este leñador?, ¿le faltaba espíritu de sacrificio, voluntad,...?. ¿Qué le faltaba a su empeño para ser realmente efectivo en su labor?.
  • ¿Qué nos enseña este cuento?. ¿Nos sirve de algo la tenacidad cuando dejamos de lado la inteligencia, el saber organizarnos bien,...?.
  • ¿A qué le llamamos "trabajar en balde" o "currar a lo tonto"?; ¿qué significan esas expresiones?. ¿Te ha sucedido alguna vez trabajar así?. ¿Cómo hacer para que la tenacidad traiga buenos frutos, correspondientes al esfuerzo?.
  • ¿Qué puedes hacer hoy para que tu esfuerzo, tu tenacidad se vea al final bien recompensada?.

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