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lunes, 22 de abril de 2013

Ser bosque

Un esplendoroso árbol fanfarroneaba de su gran altura y también de poseer un tronco robusto cual ninguno de los demás árboles conocidos; menospreciaba sus raíces pues decía que "estaban siempre escondidas y no las podía exhibir", así que jamás les prestó atención, de manera que con el tiempo se fueron empequeñeciendo y casi desapareciendo.
Para resaltar aún más su belleza se apartó del grupo del resto de árboles y se situó en un amplio claro donde hacerse ver mejor.
Un día arreció una fuerte tormenta de agua y viento como nunca la había habido y bamboleó todo el  bosque y también a este hermoso árbol... y a éste le tumbó, rompiéndose en la caída algunas ramas. Se puso en pie de nuevo y al cabo de unos días irrumpió por allí una manada de elefantes que casi en estampida fueron golpeándolo... hasta hacerlo caer de nuevo.
Maltrecho, desdibujada toda su anterior belleza, se preguntaba:
- "¿Por qué me pasó esto a mí y nada al resto de los demás árboles del bosque?".
Un pajarillo que revoloteaba por allí y oyó su profundo lamento se acercó a él y le dijo:
- "Si tuvieras buenas raíces, bien arraigadas y entradas en la tierra,... si tus ramas pudieran entrelazarse con las de otros árboles... otra hubiera sido la historia". Y se fue.
El árbol gigantesco quedó meditando sobre ello, echó una mirada al bosque que le observaba compasivo,... y decidió encaminarse hacia él hasta fundirse en su espesura.
Sus raíces penetraron en el suelo y se robustecieron; sus ramas se entrelazaron con las de los demás árboles intercambiando colores, texturas y olores y de ellas colgaron también lianas que llegaban hasta el suelo y formaban una maraña increíble entre el follaje de aquel maravilloso pulmón vegetal.
Arremetieron en otro tiempo temporales sin cuento, fuertes vientos y lluvias torrenciales,... volvieron los elefantes a correr chocándose con los troncos de los árboles,... más ninguno cayó, ni siquiera aquéllos que parecían más endebles porque sus raíces eran hondas y fuertes, sus ramas estaban tan entrelazadas y sus lianas tan bien hilvanadas entre ellos... que cuando algún árbol iba a sucumbir por los embates el resto de los árboles le sostenían de pie y sus robustas raíces le daban las fuerzas y energías para resistir una y todas las veces.
(Se lo escuché contar a Fernando López,  sj)
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
  • En la vida de un cristiano ¿qué simbolizan las raíces y el suelo sobre el que se asientan?. ¿Y el entrelazado de las ramas y las lianas?. ¿Qué pueden significar los temporales y las estampidas de los animales?.
  • ¿Qué nos ocurre cuando vamos de autosuficientes y menospreciamos la unión con Cristo y con la comunidad?.
  • Vivir unidos a Cristo y a la  comunidad ¿significa perder identidad... o más bien fortalecerla?. ¿Qué otros valores y ventajas trae consigo vivir unidos unos con otros y enraizados en la fe en Dios hecho hombre en Jesucristo?.
  • ¿Qué puedes hacer hoy para crecer en unidad con Dios y también con quienes te rodean?.

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