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viernes, 27 de abril de 2012

Cuando te pido que me escuches...


Cuando te pido que me escuches y tú empiezas a darme consejos,
no has hecho lo que te he pedido.
Cuando te pido que me escuches y tú empiezas a decirme por qué no tendría que sentirme así,
no respetas mis sentimientos.
Cuando te pido que me escuches y tú sientes el deber de hacer algo para resolver mi problema,
no respondes a mis necesidades.
¡Escúchame!. Todo lo que te pido es que me escuches, no que hables ni que hagas. Sólo que me escuches.
Aconsejar es fácil, pero yo no soy ningún incapaz; quizás esté desanimado o en dificultad, pero no soy un inútil.
Cuando tú haces por mí lo que yo mismo podría hacer y no necesito, no haces más que contribuir a mi inseguridad..
Pero cuando aceptas, simplemente, que lo que siento me pertenece, aunque sea irracional,...
entonces no tengo que intentar hacértelo entender, sino empezar a descubrir lo que hay dentro de mí”.

CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
  • ¿Qué es "escuchar" para ti?. ¿Qué es necesario para poder "escuchar" de verdad al otro?. ¿Es fácil "escuchar"?.
  • ¿Cuándo te has sentido verdaderamente escuchada?, ¿cómo fue, cómo te sentiste en aquel momento y cómo reaccionaste a continuación?.
  • Cuando una persona es ESCUCHADA se siente acogida plenamente porque "escuchar" es dejar entrar en el propio corazón a la otra persona ¿acoges así a las personas que a diario se comunican contigo?.
  • ¿Hay verdadera "escucha" en nuestras relaciones?, ¿cómo mejorarla y hacerla más auténtica?, ¿a qué estás dispuesta tú misma, hoy mismo, para contribuir a esa mejora?.

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