Me encanta contar nuestra historia,
cómo llegaste en un mes de enero
soñando con mi voz
y marcando el tiempo.
Cómo luchaste por mi atención
y aun en contra del mundo
tú no te diste por vencido,
aún no sé qué viste en mí,
ni cómo te enamoraste.
Aún recuerdo ese te quiero
que me tomó por sorpresa;
entre un ir y venir te empecé a amar,
no recuerdo exactamente el instante
cada día luchaba por no sentir.
Soy de ésas que no se da a la primera,
de ésas que si está contigo
ni siquiera ve el coqueteo de nadie más,
de ésas que es capaz
de cambiar su vida entera
porque vale la pena,
pero también soy de ésas
que dice lo que piensa y lo que siente.
Te amo así tal cual,
no cambiaría nada
y si pudiera darte algo
te daría la posibilidad
de mirarte desde mis ojos,
de sentir desde mi alma,
de amarte desde mi corazón
y así entendieras
que ciertas cosas duelen y otras matan.
Pero aún he de luchar hasta por ti,
por todo eso mi amor es indeleble,
intangible, reverente,
pero con todo el corazón.
Porque tú no tienes culpa de mi pasado;
también me engañaron,
también me mintieron,
también me hicieron
escenas de celos en público,
también minimizaron mi amor,
también se rieron de mi dolor,
también jugaron conmigo
y también he visto cómo el pasado es presente...
Pero aún así creo
en el amor en las personas,
aún así lucho cada día
para que el corazón no se congele,
no se muera…
Aún así sigo amando
ese hombre que eres;
porque ni tú ni nadie
tiene culpa de mi pasado
y sólo cuenta la historia
que contigo empezó sin buscar.
MGabriel Portilla
MÉXICO
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