Ella quería de esos
amores que tocan
el cielo de la mano.
De ésos que comparten
lo bueno, lo malo, que siempre
juntos disfrutan de la vida.
De ésos que sacan sonrisas
y que matan de alegría
entre caricias al alma.
De ésos amores que no necesitan
palabras porque cuidan uno del otro
sólo con miradas.
Ella quería, sólo quería
que la quisieran sin decirlo
pero él necesitaba de sí mismo.
Sabe entre las estrellas
encontrará un lucero
que haga de su mundo algo nuevo.
Mientras tanto disfruta del paraíso,
de esa sonrisa y bellos ojos,
de eso que llene el alma en calma.
Mgabriel Portilla México